

Somos Sam y Sandra, marido y mujer en la vida real y pareja en la vida profesional. Juntos formamos un equipo dinámico, alegre y con energía, para capturar de forma sútil y con personalidad todas las emociones naturales que suceden en el gran día de vuestra boda.
Amamos lo espontáneo, rehuimos de los posados, y sólo queremos que disfrutéis lo máximo de vuestra boda, nosotros como fotógrafos de boda, nos dedicaremos a documentarlo, como espectadores, construyendo recuerdos que os permitan revivir las emociones de cada momento.